¡Hola a todos y a todas de nuevo! Desde luego que era imposible no compartir con todos vosotros en mi apartado de Inspírate , este el poema de Educar de Gabriel Celaya, desde el momento que lo leí, siempre lo incluyo de una manera u otra en mis escritos. Y es que no puede definir de mejor manera lo bonita que es nuestra profesión. Disfrutadlo.
Educar es lo mismo
que poner un motor a una barca…
Hay que medir, pensar, equilibrar…
y poner todo en marcha.
Pero para eso,
uno tiene que llevar en el alma
un poco de marino…
un poco de pirata…
un poco de poeta…
y un kilo y medio de paciencia concentrada.
Pero es consolador soñar,
mientras uno trabaja,
que ese barco, ese niño,
irá muy lejos por el agua.
Soñar que ese navío
llevará nuestra carga de palabras
hacia puertos distantes, hacia islas lejanas.
Soñar que, cuando un día
esté durmiendo nuestra propia barca,
en barcos nuevos seguirá
nuestra bandera enarbolada.
Celaya, G. (1977). Poesías Completas. Barcelona, España: Editorial Laia.
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