No sé si es que yo soy una loca del Ikea, pero cuando entro en un aula no puedo parar de pensar que cambios haría, qué decoración pondría, que si le falta una mano de pintura, que decoración poner en la puerta... Y es que estoy segura, de que a todos nos pasa, y que cuando pasamos mucho tiempo en un sitio, nos gusta decorarlo aunque sea un poquito, para sentirlo más nuestro. Es como cuando alquilamos un piso, y le empiezas a poner algunas fotos en la pared, a añadirle alguna plantita y poco a poco lo vas sintiendo más hogar y lo encuentras más acogedor. Pues para mí en un aula pasa lo mismo. ¡Y no lo digo yo nada más eh!
El artículo “Los ambientes de aula que promueven el aprendizaje, desde la perspectiva de los niños y niñas escolares” realizado por Castro y Morales (2015) nos afirman que la decoración o ambientación es un aspecto fundamental a considerar por el docente o profesora, ya que influyen en la motivación y en el clima acogedor del aula. Así como concluyen con que las características ideales de un aula deberían remitir a un ambiente tranquilo, participativo, acogedor, positivo, respetuoso, ordenado, aseado, motivador, amistoso, decorado, estético, divertido, entre otros. Lo cual garantiza estados emocionales positivos y, por ende, aprendizaje para todas las personas menores de edad o adultas que estén en el aula, ya que posibilita la atención, la concentración, el interés, disciplina, agrado, atracción, disposición, comportamiento, protección y seguridad, entre otros.
Y es que no me digáis, que si vosotros entráis a una de estas aulas, no os darían ganas de mudaros a vivir ahí.
Pero bueno, tener un piso bien decorado no sirve de nada si todo funciona mal ¿no creéis? Es por ello que el bienestar en el aula, no sólo va a estar influenciado por lo bonito y acogedor que sea el espacio físico que nos rodea, sino además por la actitud y rol del profesor. Castro y Morales (2015) nos mencionan de nuevo en su artículo que es tan importante los factores físicos (aquellos relacionados con la decoración del aula, con el espacio, la organización del material y de las mesas, la luz…) cómo la formación, actitud de los docentes de cara al alumnado y las relaciones interpersonales con el entorno que les rodea. Ya que somos nosotros generadores principales de la emoción, de la ilusión, de la curiosidad, la confianza, el autoestima y el bienestar que el alumno encontrará en el aula. ¡No lo olvidéis!
Por último, en este post me gustaría haceros una recomendación. Se trata del libro Las escuelas que cambian el mundo, de César Bona. No habla específicamente de la decoración de las aulas, pero sí del poder del equipo docente en espacios innovadores y diferentes. Yo lo leí hace unos 5 años ya, pero recuerdo que me encantó. Os invito a echarle un ojo ¡no tiene desperdicio!
Gracias por leerme un día más :)
Bibliografía:
Bona, C. (2016). Las escuelas que cambian el mundo. Barcelona: Plaza&Janés
Castro, M., Morales, M. (2015). Los ambientes de aula que promueven el aprendizaje, desde la perspectiva de los niños y niñas escolares. Educare. Vol. 19 (3). Recogido de: http://www.una.ac.cr/educare
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